SECCIÓN RAFAGAS

 

 

 

Investigadores de la Universidad Northwestern, de Illinois, Estados Unidos, realizaron un metaestudio que fue publicado en la revista Nature Reviews Neuroscience el 20 de julio, en el que concluyen que existe una clara evidencia de que la educación musical modifica el funcionamiento cerebral. Según estos investigadores, practicar la música estimula la facilidad para aprender idiomas, la memoria, la capacidad de reconocer patrones y la concentración, entre otros beneficios cognitivos. El metaestudio se basa en investigaciones provenientes de todo el mundo y emprendidas por científicos de distintas especialidades usando una amplia gama de métodos.

Los científicos usan el término neuroplasticidad para describir la capacidad del cerebro de adaptarse y cambiar como resultado del entrenamiento y la experiencia. El entrenamiento musical no sólo mejora la neuroplasticidad, aseguró Nina Kraus, directora del proyecto, también permite al sistema nervioso proporcionar un andamiaje estable de patrones significativos, vitales en el proceso de aprendizaje.

El cerebro no puede procesar toda la información sensorial que recibe, por lo que tiene que seleccionar. Tocar un instrumento entrena al cerebro a elegir lo que es importante en un proceso complejo, como leer y recordar una partitura, medir el compás correctamente y coordinarse con otros músicos, todo de manera simultánea.

"En una hermosa interrelación entre los procesos sensoriales y los cognitivos, el sistema nervioso realiza asociaciones entre los sonidos y lo que éstos significan", dice Kraus. Y conectar eficazmente sonido y significado no sólo es importante en música, sino también en otros aspectos de la comunicación. Parte de los estudios científicos consultados demuestra, por ejemplo, que los músicos aprenden los patrones sonoros de un nuevo idioma con más facilidad que quienes no tienen formación musical.

Esto no debería sorprendernos. Sabemos que diversas formas de entrenamiento mental modifican el cerebro igual que el entrenamiento físico modifica el cuerpo. El aprendizaje musical mejora el cociente intelectual porque nutre habilidades como la memoria, la coordinación y la atención. La autora concluye que es de suma importancia reevaluar la necesidad de incluir entrenamiento musical en las escuelas y no dejarlo sólo a los niños que muestran aptitudes o un interés especial en aprender a tocar un instrumento